TALLER PEDAGÓGICO DE CIENCIAS NATURALES
Grado: 7ª
Fecha: 11- 11- 2015
Leer el documento
y responder las siguientes
preguntas.
1. ¿Cuál de las tres
capas que forma la tierra presenta el mayor
porcentaje del volumen del planeta?¿ porque?
2. ¿Qué papel juega el
suelo en el mantenimiento de la vida en el planeta?
3. En la onda sísmica cual
de las tres es más rápida
4. La corteza
terrestre está formada por dos tipos
cual de ella es la más importante
5. ¿Qué función cumple
el núcleo en la estructura de la tierra?
6. A los cambios de
material deducidos de los cambios bruscos en el comportamiento de las ondas p y
s en el interior de la tierra se les denomina.
7. Definir los tres tipos de corteza
8. ¿Que es la litosfera?
9. ¿Cuáles son los tres componentes del suelo?
Nota:
En la próxima clase se hace la socialización de la actividad.
LA ESTRUCTURA INTERNA DE LA TIERRA
Para poder comprender cómo funciona la Tierra, es necesario
saber cómo es por dentro, en cuanto a composición y en cuanto a estructura. El
estudio del interior de la Tierra sugiere una estructura composicional en capas
(geosferas) a las que se superpone una estructura dinámica, es decir referida
al comportamiento de los materiales internos.
Estructura química
Ante la imposibilidad de acceder directamente al interior de
la Tierra, el estudio de su interior se hace por métodos indirectos, que
consisten, básicamente, en medidas de características físicas del la Tierra en
su conjunto. Este tipo de estudios conforman una ciencia, a caballo entre la
geología y la física, denominada geofísica.
Ondas sísmicas
Son las vibraciones (ondas sonoras) emitidas tras un
movimiento sísmico (terremoto). Se transmiten por todo el interior de la
Tierra.
Ondas p (longitudinales
o primarias): Son las más rápidas. Se transmiten por sólidos y líquidos.
Ondas s (transversales o
secundarias): Son más lentas. Sólo se transmiten por sólidos
Ondas L (superficiales o largas): Se transmiten por la superficie
terrestre. Son las verdaderas causantes del terremoto y no nos
"hablan" del interior. Al cambiar de medio de propagación, como todas
las ondas, se refractan y cambian su trayectoria y su velocidad, lo
que nos permite observar cambios de material en el interior de la Tierra.
Estas refracciones generan "zonas de sombra" que
permiten saber a qué profundidad se produce el cambio de material. A los
cambios de material deducidos de los cambios bruscos en el comportamiento de
las ondas p y s en el interior de la Tierra se les denomina discontinuidades.
Las capas terrestres son, de afuera a adentro
Corteza: es la capa más fina e irregular. Sólida.
Su espesor varía desde 5 km bajo los fondos oceánicos hasta más de 70
km en algunos puntos de los continentes. Es la menos densa, formada por
elementos químicos ligeros, como el oxígeno, carbono, silicio, etc. Su límite
con la siguiente capa forma la discontinuidad de Mohorovicic.
Manto: más uniforme que la Corteza y mucho más
grueso. Su límite se sitúa a 2900 km contado desde la superficie
media (superficie del geoide). Se encuentra en estado sólido aunque tiene
cierta plasticidad. Está compuesto por elementos más densos, como son el hierro
y el magnesio, aunque también posee importantes cantidades de silicio, formando
una roca característica denominada peridotita. Su límite con el Núcleo
forma la discontinuidad de Gutenberg. Posee dos partes diferenciadas y
separadas por la discontinuidad de Repetti a 670 km de
profundidad: El Manto superior en la que se producen terremotos y el Manto
inferior, más denso debido a un cambio en la estructura de los silicatos..
Núcleo: Es muy denso. Compuesto básicamente por
hierro, níquel y azufre, similar a un tipo de material (roca) denominado troilita,
encontrado en algunos meteoritos que han caído a la Tierra (siderolitos) y
cuyas propiedades físicas coinciden con las medidas para esta capa terrestre.
El Núcleo externo se encuentra en estado líquido, lo que sabemos
porque las "ondas s" desaparecen en él. Su límite, situado a 5100
km, se denomina discontinuidad de Wiechert o Lehman. A partir de esta
discontinuidad aparece el Núcleo interno, sólido, de mayor
densidad y menos azufre. Forma la parte central del planeta.
Estructura dinámica
Es una división del interior de la Tierra en capas no
diferenciadas por su composición sino por su dinámica, manifestada por el
comportamiento térmico. La diferencia se con respecto el modelo geoquímico se
refiere fundamentalmente a sus capas más externas.
Litosfera: es la capa más superficial,
correspondiendo a la totalidad de la Corteza y la parte más superficial del
manto que se desplaza solidariamente ella. Su profundidad es variable (mayor
bajo las cordilleras que bajo los océanos), pudiendo alcanzar unos 200 km de
profundidad. Es rígida y en ella el calor interno se propaga por conducción.
Forma parte activa en la convección del Manto.
Manto Sublitosférico: formado por el resto del
Manto que se encuentra bajo la Litosfera. Se encuentra en convección. Sus
corrientes ascendentes coinciden con las zonas de dorsal, y sus corrientes
descendentes con las zonas de subducción. En el contacto con el Núcleo presenta
un nivel de transición denominado D'' al que se incorporan los restos de la
Litosfera.
Núcleo (o Endosfera) : es la fuente del calor interno.
Su parte más externa se encuentra fundida y en convección mientras que su parte
interna es sólida y transmite el calor por conducción. El núcleo es el
responsable de la generación del campo magnético terrestre.
La Corteza terrestre
Tal como se dijo, es la capa más fina y heterogénea de la
Tierra. Se pueden apreciar dos tipos de corteza: Corteza Continental y Corteza
Oceánica. El tránsito de una a otra es lateral, a través de la denominada Corteza
de Transición.
Corteza Continental: la más gruesa, puede llegar a
70 km de espesor. Está formada, fundamentalmente, por rocas plutónicas y
metamórficas. Las plutónicas tanto más densas cuanto más profundas y las
metamórficas de mayor grado cuanto más profundas también. El tránsito de la zona
inferior a la superior es gradual, a través de una zona intermedia (niveles
estructurales o zócalo). Por encima se sitúa una capa de rocas sedimentarias,
que forman la denominada cobertera.
La edad se distribuye de manera desigual, a modo de
"parches":
Cratones o escudos continentales: son las regiones más
antiguas. Son geológicamente estables (sin vulcanismo ni sismicidad). Suelen
ocupar las zonas centrales de los continentes.
Orógenos: son las regiones más jóvenes. Generalmente en la
periferia de los continentes y con actividad geológica (vulcanismo y/o
sismicidad).
Es en la Corteza Continental donde se encuentran las rocas
más antiguas (hasta 3.800 millones de años).
Corteza Oceánica: mucho más delgada y homogénea (entre 5
y 10 km de espesor). Formada por cuatro niveles, de abajo a arriba:
Gabros (roca plutónica)
Gabros con diques de basalto
Basalto (roca volcánica)
Capa sedimentaria (sedimentos y rocas sedimentarias)
Morfológicamente, está formada por unas elevaciones a modo de
grandes cordilleras que surcan los océanos de norte a sur, las dorsales,
con actividad volcánica; un fondo plano y extenso, la llanura abisal, y
unas depresiones muy profundas (hasta 11.000 m de profundidad) y alargadas, las fosas.
La Corteza Oceánica es muy joven, con edades máximas de rocas
de 180 millones de años y una distribución de edades muy peculiar:
Las rocas más modernas (actuales) se encuentran en el
entorno de las dorsales, aumentando la edad simétricamente a ambos lados de la
misma.
Las rocas más antiguas se encuentran junto a los
márgenes continentales estables o en las proximidades de las fosas.
Corteza de transición: entre las dos anteriores. Es,
simplemente, un tránsito de la continental a la oceánica. Está formada por
bloques de Corteza Continental fracturados con diques de basalto intercalados.
Litosfera.
La Litosfera es la capa dinámica más íntimamente relacionada
con la dinámica interna de la Tierra. Según la Teoría de la Tectónica de
Placas, que explica el mecanismo por el que se rigen los procesos
geológicos internos, se define como la Corteza (continental u oceánica) más la
parte superior del Manto que se comporta de forma solidaria (se desplaza) con
ella. Su comportamiento va a depender del tipo de corteza que tenga en su parte
superior, pudiéndose establecer diferentes comportamientos según se trate de
una Litosfera continental (con corteza continental) u oceánica (con corteza
oceánica). Su límite inferior es difuso y se situaría en aquella profundidad en
la que los movimientos del Manto son diferentes a los de la Litosfera.
El suelo
El suelo está compuesto por minerales, materia orgánica,
diminutos organismos vegetales y animales, aire y agua. Es una capa delgada que
se ha formado muy lentamente, a través de los siglos, con la desintegración de
las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el
viento. Los plantas y animales que crecen y mueren dentro y sobre el suelo son
descompuestos por los microorganismos, transformados en materia orgánica y
mezclados con el suelo.
Los minerales provienen de la roca madre, que se
deshace lentamente. También pueden ser aportados por el viento y el agua, que
los arrastran desde otras zonas erosionadas.
La materia orgánica es el producto de la
descomposición de vegetales y animales muertos. Puede almacenar gran cantidad
de agua y es rica en minerales.
Los microorganismos o pequeños organismos son de
dos tipos: los que despedazan la materia orgánica (insectos y lombrices) y los
que la descomponen liberando los nutrientes (hongos, bacterias). Viven dentro
del suelo y, además de intervenir para que la materia orgánica sea nuevamente
utilizada por las plantas, ayudan a pulverizar las rocas. Lombrices e insectos
forman poros que permiten la aireación, el almacenaje del agua y el crecimiento
de las raíces.
Agua y aire ocupan los poros, espacios entre las
partículas de suelo que se producen por las irregularidades de su forma y
tamaño. La distribución y tamaño de los poros es importante. Una excesiva
cantidad de poros pequeños origina suelos compactos, pesados, húmedos y un
pobre crecimiento de las raíces. Demasiados poros grandes forman suelos sueltos
que se secan rápidamente. Cuando más pequeño es el poro, más difícil es para la
planta absorber agua de él.
Los organismos del suelo y las plantas necesitan agua para vivir. Las plantas
la utilizan para mantener sus tejidos, transportar nutrientes y realizar la
respiración y nutrición. El agua del suelo es absorbida por las raíces y
utilizada en el proceso de fotosíntesis. La disolución de minerales y materia
orgánica en el agua facilita que sean captados por las plantas.
Cuando el agua del suelo escasea, se detiene el crecimiento de las plantas, que
llegan a marchitarse y morir. Un exceso de agua desplaza el aire del suelo.
Este es importante porque aporta oxígeno para la respiración de las raíces.
Además es la fuente del nitrógeno que transforman las bacterias, haciéndolo
aprovechable por las plantas.